En estas banquetas está escrito todos los usos que se les puede da: subir, bajar, jugar, descansar, sentarse, coser, planchar...
Parece una tontería pero si apoyas el pie en la banqueta mientras estás planchando y de vez en cuando cambias de pie, verás como el dolor de espalda que normalmente notas cuando llevas un rato planchando desaparecerá.
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